Thursday, October 15, 2009



















sin techo por encima del suelo
Si no fuera por las cajas de plástico ominosos, los cajones de madera que Meven y Koyn tienen de cama y el tocador que se apoya en lo alto del hogar de la pareja, se vería como un sótano sucio. Sin embargo, esas cajas son elocuentes, impelen a la precariedad ya que están allí para proteger las pertenencias de la pareja del agua - una amenaza constante cuando se vive en un túnel de metro de inundación.

Por suerte, este año el invierno hizo una visita de doctor, en Concepción. De hecho, durante sus dos años de vivir en las entrañas de la conocida "Cuna del Rock" , Meven y Koyn han sido capaces de permanecer lo suficientemente secos para la "moda inusual" de su vivienda, con una cocina improvisada e incluso una ducha o dispensador de agua de un consumo similar al de una oficina.

Ellos no están solos en la toma de su casa subterránea. Aproximadamente 700 personas viven en los túneles debajo de las inundaciones de Concepción, con la mayoría concentrados en la franja. Han formado una compañía de arte, unidos por sus colecciones de vídeo+diarios y graffities dibujados por artistas residentes que llaman a su galería de arte, "el temor de las inundaciones", sin dejar de serlo ya que ha matado a 20 habitantes de metro en las dos últimas décadas.

Arañas viuda Negro prosperan en la oscuridad, y los mosquitos pululan en la humedad. Pero sigue latiendo sin techo por encima del suelo. "Es mucho más frío que en las calles", explicó un residente. "Recibimos una brisa que entraba por la policía y en realidad no te molesta. Es tranquilo, y todos ayudan el uno al otro por aquí".

Para el "trabajo", Meven y Koyn pusieron sus mejores ropas y fueron a la superficie en brillo de las cabinas vidriadas del remozado centro penquista, donde el "ajetreo de crédito." Esta vocación consiste en comprobar las máquinas telefónicas y los créditos que los jugadores dejan atrás. 900 pesos es lo más que Meven se ha encontrado en una sola máquina. Casi todas las noches, 2200 pesos es suficiente.

Muchos de los habitantes de tuberías de drenaje tienen problemas de drogas y alcohol. La heroína era cosa de Meven. Él dice que es una patada, pero dos órdenes de arresto pendientes de sus días malos y viejos desconfiando de él han de volver a la vida en la ciudad luego de vivir en las venas de esta y la ver luz solar que ansía.

Así que subyacen de los márgenes citadinos, con su mujer y su suite de alcantarillado sorprendentemente bien equipado. Comprobando de que, para nosotros, la clandestinidad es más que un estado de ánimo, es una epifanía necesaria.

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